lunes, 5 de mayo de 2008


Paseaba el otro día por la playa cuando me encontré con un individuo que me hacía señas a lo lejos.
- Buenos días.
- Buenos días.
- ¿Qué hace usted por aquí?
- Se me ha estropeado la nave y he aterrizado en esta isla.
- ¿Aterrizado?
- Si. Vengo de otro planeta. Otro distinto a este.

Charlamos un rato de nuestras cosas y nos despedimos cordialmente prometiéndonos que para otra ocasión nos dedicaríamos más tiempo.

Al volver al faro le comenté al cormorán mi experiencia.
- Si, de otro planeta.
- Mira, como tú, que no sé de dónde vienes, no te pareces en nada a mí y todavía desconozco cómo somos capaces de entendernos. Pues eso, de otro planeta.

5 comentarios:

gatina dijo...

Algunas veces es más fácil entenderse con alguien de otro planeta que del propio.

Pero en eso esta la gracia, intentar comprendernos.

Lunae dijo...

Me gusto mucho la historia que cuentas...tengo que decir que a mi me gusta más la gente de otro planeta jaja hace que todo sea más interesante


MOITOS BICOS!!!!!

Anguá Mievo dijo...

Me adhiero a LUNAE, es muy interesante entablar relaciones con gente desconocida, donde no cuenta, para nada, el pasado de cada uno, es como explorar en un mar desconocido.

Susu dijo...

Lo diferente se compenetra mejor cuando aprendes de la gente del "otro planeta", me ha gustado

Un susurro

Anónimo dijo...

hay veces que nos entendemos mejor con los de fuera, con los que no nos conocen que con los que tenemos al lado.