viernes, 8 de julio de 2011

Postales desde el faro ("El Día de Zamora", 8 de julio de 2.011).


Ahora dice que se va a casar.

Hace tiempo me llamó por teléfono y me espetó, me caso, ¿contra quién?, eres imbécil, y me colgó. De acuerdo, no estuve muy agradable, y no, no vamos a hacer en esta columna ni apología ni vilipendio de la institución del matrimonio, pero nunca entendí su empeño en ocultar sus frustraciones bajo un vestido blanco. Me sucede igual con Zamora, y me explico. No sé si habrán visto, bueno, si lo sé porque es inevitable no reparar en ello, que nos han disfrazado parte de la ciudad con fotografías de tamaño descomunal a las que han anexado unos textos muy rimbombantes que a duras penas logro entender, y todo ello cubriendo lo que antaño eran escaparates de negocios y que gracias a esta economía de mercado mal entendida se habían convertido en cristaleras encaladas y llenas de pintadas. El nombre del disfraz no podía ser más certero, Zamora invisible, y como tal oculta la realidad y todos nos quedamos mirando las imágenes intentando adivinar a qué parte de nuestra arquitectura corresponden, incluso los más atrevidos se lanzan a interpretar las palabras que las acompañan sin recurrir ni al diccionario de la R.A.E. ni al ibuprofeno, pero lo que no sé es si ustedes se habrán percatado de que con todo eso se está disimulando el cese de negocio, el paro, el domicilio familiar embargado, en definitiva se está tratando de volver invisible una herida sin desinfectarla pero que de seguir así se acabará gangrenando, y por muy blanca que sea la venda terminará oliendo mal.

viernes, 1 de julio de 2011

Postales desde el faro ("El Día de Zamora", 1 de julio de 2.011).


La frontera.

La zona de exclusión de las dos coreas ocupa una franja de 4 kilómetros de ancho y 238 kilómetros de longitud. En la actualidad es una de las zonas con mayor biodiversidad de la Tierra al no haber sido hollada por el hombre durante más de 50 años.

Las fronteras de las que quiero hablar no son geográficas sino ideológicas. A menudo me gusta acercarme a seres que piensan, sienten y padecen de forma diferente a la mía, precisamente para intentar averiguar por qué piensan, sienten y padecen de forma diferente a la mía. Lo hago de un modo discreto, como si pudiera entender sus motivos de manera osmótica, escucho, contrasto sus posicionamientos con el mío y eso me ayuda a comprender el porqué ellos están a un lado de la raya y yo al otro, pero así la línea tiende a difuminarse. No es bueno estar rodeado solo de los nuestros, nos enrocamos en nuestras ideas, favorecemos el pensamiento monolítico, y con eso ya saben lo que pasa después. Asómense a las fronteras, escuchen y enriquézcanse. Se puede aprender algo de quién menos lo esperan, y si, hasta de los otros.

P.S.: Lo dicho con anterioridad vale para todo menos para el posicionamiento futbolístico, el fútbol es una cosa tan seria que no permite intromisiones ajenas.