lunes, 5 de mayo de 2008


Paseaba el otro día por la playa cuando me encontré con un individuo que me hacía señas a lo lejos.
- Buenos días.
- Buenos días.
- ¿Qué hace usted por aquí?
- Se me ha estropeado la nave y he aterrizado en esta isla.
- ¿Aterrizado?
- Si. Vengo de otro planeta. Otro distinto a este.

Charlamos un rato de nuestras cosas y nos despedimos cordialmente prometiéndonos que para otra ocasión nos dedicaríamos más tiempo.

Al volver al faro le comenté al cormorán mi experiencia.
- Si, de otro planeta.
- Mira, como tú, que no sé de dónde vienes, no te pareces en nada a mí y todavía desconozco cómo somos capaces de entendernos. Pues eso, de otro planeta.