lunes, 25 de octubre de 2010

"E(a)fectos emocionales".


Me han amputado un brazo. Bueno, en realidad no me han amputado nada, pero tengo esa sensación. Cuando un médico se ve en la obligación de seccionar un miembro de un paciente es para que el resto del cuerpo no se vea invadido por la infección o la lesión de la parte a amputar, conservando así el enfermo la vida pese a que a partir de ese momento llevará la existencia de un mutilado.
A ese paciente, cuando se recupera de la operación, le suele esperar un proceso rehabilitador para el cual se ve ayudado de diferentes prótesis con las que tendrá que convivir el resto de su vida, pero que nunca serán iguales al miembro que perdió.
Yo tenía que amputarte para sobrevivir. Ahora busco las prótesis.

jueves, 22 de julio de 2010

"Interpuestos".


De un tiempo para acá me dice que al hacer el amor conmigo le parece que lo hace con otro.
De un tiempo para acá no sabe que al hacer el amor con ella lo hago con otra.


lunes, 12 de julio de 2010

11-VII-2.010.


Y no tengo nada más que decir.

lunes, 14 de junio de 2010

miércoles, 9 de junio de 2010

"Lógico".


- ¿Quien soy?
- Yo no lo sé, dimelo tú.

viernes, 4 de junio de 2010

"Retiro".



-Me jubilo.
-¿Cómo que te jubilas?
-Si, me jubilo de tí.
-Uno no puede jubilarse de otra persona.
-Si que puede. Me jubilo de un trabajo monótono, poco gratificante, sin espectativas y con escasa remuneración.
-Me pierdo contigo.
-No, el que va a perderse ahora con las excursiones del Imserso en Benidorm soy yo.

jueves, 8 de abril de 2010

lunes, 22 de marzo de 2010

¿Hay alguien ahí?



Toc toc.
- ¿Quien es?
- Soy el Amor.
- ¿Qué?
- El Amor.
Oye, que dice que es el amor.
- No, el Amor.
Eso, que dice que es el Amor.
No abras, a saber quién es.
¿Y si es el Amor de verdad?
Si es el Amor, ¿que pinto yo aquí eh?.
Eso digo yo, que pintas tu aquí.
-Pasa. Dame un segundo que ventilo la casa.

lunes, 1 de marzo de 2010

"Aydetíaydemí".


-Estás atascado.
-Llevo meses así, me pongo delante del ordenador y veo el parpadeo del cursor durante horas pero no escribo ni una línea.
-Me refiero a que lo que está atascado es tu vida.
-Llevo meses así, me pongo delante del ordenador y veo el parpadeo del cursor durante horas pero no escribo ni una línea.
-No me estás escuchando.
-Llevo meses así, me pongo delante del ordenador y veo el parpadeo del cursor durante horas pero no escribo ni una línea.

miércoles, 27 de enero de 2010

"Los diecisiete de Mauthausen" (La Opinión de Zamora, 27 de enero de 2.010).

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El Día Internacional de la Memoria del Holocausto rinde homenaje a los muertos en los campos de concentración nazis, trece de ellos zamoranos.


Hoy se conmemora mundialmente el Día de la Memoria del Holocausto, el horror de los campos de concentración nazis por los que pasaron no sólo millones de judíos, sino también españoles de todas las provincias que habían sido deportados desde Francia. Diecisiete de ellos eran zamoranos, y la gran mayoría, trece, perecieron entre septiembre de 1.941 y noviembre de 1.942. Gusen, fue el lugar donde encontraron la muerte la mayoría, un apéndice del tristemente célebre Mauthausen donde se daba la puntilla a los inválidos. Los otros cuatro zamoranos apresados por los nazis pudieron soportar cinco años de penosas condiciones de vida, en un entorno de muerte y vejaciones, hasta que en 1.945 llegó la victoria aliada y con ella su libertad.

En agosto de 1.940 llegaron al campo de concentración de Mauthausen vagones de carga con 470 presos españoles. Era el primer convoy de un total de 7.300 que procedían de la Francia ocupada por las tropas de Hitler. Venían concretamente del campo de Les Aillers y pertenecían a la expedición conocida como «Convoy de los 927». Medio millón de republicanos habían cruzado la frontera en los últimos meses de la Guerra Civil española, tras la caída de Cataluña, y una vez en Francia fueron internados en campos de concentración, distribuidos por distintos puntos del sur del país. Al estallar la Segunda Guerra Mundial muchos de ellos fueron enviados al frente integrados en la Legión Extranjera del Ejército galo o en escuadrones de choque, mientras otros pasaron a engrosar las compañías de trabajadores extranjeros. La mayor parte de éstos fueron capturados por los alemanes en los primeros momentos de la invasión de Francia, entre mayo y junio del año 40 y tras su paso por los campos de prisioneros de guerra fueron enviados a Mauthausen, donde integraron el grueso del contingente español.

Identificados con una «S» sobre un triángulo azul de «apátridas», ya que el Gobierno de Franco se negó a reconocerlos como españoles, el grueso de estas personas recalaron en Mauthausen. La mayoría de los españoles llegaron a este campo a partir del armisticio francés, entre la segunda mitad de 1.940 y el año 1.941 y muchos fallecieron entre este último año y 1.942, entre ellos los trece zamoranos. Fallecían bien en el mismo campo de Mauthausen o bien en Gusen, una especie de campo auxiliar del primero donde se llevaba a los presos más débiles para su exterminio.

Los zamoranos fallecidos fueron Agustín Prieto Villamor, de Alfaraz; Pedro Vega Vicente, de Benavente; Luis Rodríguez Moyano, de Bóveda de Toro; Eufemio García García, de Cañizal; Ernesto Rodríguez Mínguez, de Fresno de la Carballeda; Santiago Hernández Álvarez, de Otero de Bodas; Gabriel Lanseros Lobato, de Peque; Ricardo de Prada Rodríguez, de San Román de Sanabria; Vicente Ferreras Fernández, de Santovenia; Román Romero Alcaraz, de Toro; Alfonso Lozano Borrego, de Valcabado del Pan; José Martínez Cobreros, de Valdespino; y Atilano Conde García, de Zamora capital.

Todos ellos trabajaron en la cantera de granito del campo de Mauthausen, donde los prisioneros eran obligados a laborar durante largas jornadas hasta su extenuación. En más de una película se ha reflejado el calvario que suponía para ellos recorrer la escalera de 186 peldaños que separaba la cantera de los barracones, entre diez y doce veces diarias, cargados con grandes piedras a la espalda, mientras los «kapos» -presos que ejercían la función de capataces- les empujaban, zancadilleaban y golpeaban con bastones.

Fue precisamente un español, Francisco Boix, fotógrafo del campo, el que logró guardar una copia de todas las fotos que pasaron por sus manos, documentos que a la postre resultarían pruebas contundentes en los juicios de Nuremberg contra los jerarcas del régimen nazi. Los españoles lograron un alto nivel de organización dentro del campo, y no era raro que guardaran un minuto de silencio cuando un compatriota fallecía.

Cuando el ejército americano entró en Mauthausen el 5 de mayo de 1.945, banderas republicanas habían sustituido a los emblemas nazis y una pancarta dominaba la puerta principal: «Los españoles antifascistas saludan a las fuerzas libertadoras».

Hasta ese momento habían sobrevivido cuatro zamoranos: David Puente Seoane, de Ribadelago; Emeterio Hernández Pinilla, de Toro; Ricardo Rico Palencia, de Villalpando; y José Ramos Carbajal, de Zamora.

Sin embargo, la mayoría de los españoles no pudieron volver a la España franquista, aliada ideológica de los nazis que habían combatido en Mauthausen y encontrarían asilo en otros países.

jueves, 7 de enero de 2010

"Coincidencias".


- Me gustan las mujeres.
- A mi también me gustan.
- No, a mi es que me "gustan" las mujeres.
- Ya ya, a mi tambíen me "gustan".
- No me entiendes. Intento decirte que ya no me atraes porque he descubierto que me gustan las mujeres.
- Cariño, es bonito después de tanto tiempo descubrir que tenemos dos cosas más en común.