jueves, 14 de febrero de 2008


Al parecer un señor con gafas y barba quiere hacer firmar a otros señores que no tienen barba ni gafas un pacto según el cual los señores que no tienen gafas ni barba tendrán que comportarse como los señores que tienen gafas y barba.
La cosa está en saber cómo se comportan los señores con gafas y barba. A saber, para empezar todos nos dejaríamos barba (las mujeres digo yo que no) y nos pondríamos gafas. Luego tendríamos un ligero frenillo al hablar, dormiríamos la siesta todos los días después de comer, nos gustarían los toros, el futbol, iríamos a misa los domingos y seríamos personas de orden. Olvídate del kus kus, los rollitos de primavera y excentricidades foráneas de esas de aliar civilizaciones. Aquí todo el mundo a tirar de tortilla de patata y chorizo, que buenos están pero que en la variedad está el gusto también.
El señor de las gafas y la barba dice que el pacto a firmar evitará las ablaciones de clítoris y la poligamia, costumbres estas muy arraigadas en chinos, ecuatorianos y rumanos como todos sabemos. Y las mujeres sin barba ni gafas tampoco podrán llevar tocado en la cabeza, aunque sean españolas de Ceuta o Melilla por ejemplo, o monjas (bueno, estas últimas si podrán ponerse en la cabeza lo que quieran incluso si enseñan en clase a nuestros pequeños vástagos con barbita y gafas).
Al señor de las gafas y la barba, por muy campechano que parezca, en cuanto se le rasca un poquito le sale un señor bajito con bigote. Y me da miedo.

4 comentarios:

Eva dijo...

Jajajajaja.

Lal dijo...

A mí también...

gatina dijo...

No se puede escribir una frase tan buena al final. Se me olvida el resto del texto, que también es muy bueno...

Sin comentarios

Anónimo dijo...

Una buena metáfora para todos esos que ven nuestro mundo como algo lineal...
Saludos.