miércoles, 6 de febrero de 2008


Despierto. Salgo de la cama. Café. Gel. Champú. Agua. Toallas. Cepillo. Ropa. Teléfono. Teléfono. Teléfono. Comida. Excusas. Sudor. Gel. Champú. Agua. Sofá. Cena.
Duermo.
Otro día en mi vida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Si te apetece, se me ocurren algunas cosas más para hacer en tus días... así también añadiremos algo más a los mios.

Centrífugo dijo...

Me hiciste recordar una anécdota que escuché hace mucho. Un importante personaje llega a un poblado y le espera una gran recepción, de esas que le reservan a los grandes personajes. Como es costumbre, le mandan un niño (fotogénico), con algún elemento de la ciudad (la llave, la puerta, el escrito, la flor, da igual...) y el gran hombre le pregunta lo típico: "¿vas al escuela?, ¿te portas bien? ¿votarás cuando seas mayor?" mientras acaricia su cabeza de manera estudiada y los reporteros y la multitud lo siguen.

De pronto, iluminado por quién sabe qué rayo, le pregunta al chaval: ¿Y si fueras inmensamente rico, qué pedirías?. El niño, sin titubear, contesta: "Un platón enorme de lentejas".

Al final toda aspiración humana de grandeza, no es más que un gran platón de lentejas... y toda aventura del día es sudor, emoción y olvido...

Abrazos Centrífugos!

P.S. Por cierto, ¡Hola! Recién llegado...

Lal dijo...

Pues ya haces unas cuantas cosas más que yo...Pero se te ha olvidado una: escribir.
Voy a darme un paseo por tu isla, hacía tiempo que no la visitaba.
:)

gatina dijo...

Dicen que en las pequeñas cosas de la vida está lo más importante.

Seguro que te dejas algo (además de lo de escribir).

Y seguro también que entre tanto teléfono, gel, sudor... has dejado una huella en algo o en alguien, tan bonita como la de la foto.

Millones de besos atrasados jardinero.