martes, 11 de septiembre de 2007

Desnudez.

Jennifer Sutton cara a cara con su propio corazón.


Leía en El País de hace unos días una noticia en la que una joven británica, Jennifer Sutton, había sufrido un transplante de corazón en junio y prestó este para una exposición titulada "The Heart" ofrecida por la Fundación Wellcome, por lo que ha podido hacer algo excepcional como es el poder verlo fuera de su cuerpo y exhibido al público.

Intento imaginar la sensación. Mis órganos expuestos a la visión no ya propia sino de extraños. Bonitos pulmones, lástima que los intestinos no lo sean tanto. Mis vísceras mostradas para ser observadas por el mundo, queda inaugurado el concepto de la desnudez autópsica en vida.

Otra cosa es la desnudez del interior, la que enseña nuestras emociones y sentimientos, nuestras intenciones. Miro mi interior y no se si me gusta lo que veo. Quizá por eso me vine a la isla, para que nadie más pudiera asomarse dentro de mi.

1 comentario:

gatina dijo...

Creo que te equivocas, en la isla no te escondes, es precisamente donde se puede uno asomar un poco a tu interior. Y eso de que no te gusta lo que ves...

Afortunadamente, nadie puede ver nuestro corazón mientras late. Esa desnudez de sentimientos es la más bonita, y para lo único que el ser humano es libre. Sólo nosotros mismos podemos desvelar lo que sentimos, a pesar de que, en ocasiones, quienes realmente se preocupan por nuestros sentimientos, pueden adivinar lo que sentimos.
Es en esa desnudez en la que se mide nuestra vulnerabilidad.