- Cuando duermo contigo no puedo pegar ojo por lo mucho que te mueves.
- Pues el otro día di un respingo tal que me moví de un huso horario a otro. De hecho, me he quedado a vivir en él.
- ¿Que qué?.
- Que cuando para tí es de noche, para mi es de día. No es que me agite en sueños, es que mientras duermes yo estoy duchándome, trabajando, en el gimnasio, etc. etc.
- No te entiendo.
- Ya. Por eso me he quedado a vivir en otro huso horario.
4 comentarios:
Suele pasar...
Un beso, Jardinero.
No sé si es cuestión de husos o de usos, pero algunas veces nos entendemos mejor con quien está al otro lado del mundo que con quien duerme en nuestra propia cama.
Y aqui, ¿qué huso usas? ¿están el jardín y la isla en el mismo huso?
Buena reflexión, aunque algo triste...
Es una pena estar tan cerca y sentirte tan lejos, o estar tan lejos y sentirte tan cerca...
Nunca estamos agusto con cómo nos llueve, pero es el sino de nuestras vidas...
RESIGNACIÓN, no hay que perder la esperanza de permanecer en el mismo sueño de nuestro persona ideal. (yo, por lo menos y a pesar de todo, no la pierdo...)
Es triste, pero es la realidad. No me gusta la palabra resignación, pero me pega mucho, resignación y conformismo, en el buen sentido, si lo tienen.
Yo también tengo esperanza. Dicen que es lo último que se pierde. Pero todo esto suena tan victimista que no me gusta nada, no sé si opinais lo mismo. Pero no es ese mi sentimiento.
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