lunes, 1 de agosto de 2011

"Postales desde el faro" (29 de julio de 2.011).



Lo divino de lo humano.


El otro día se me apareció dios. Lo reconocí enseguida por la dentadura perfecta, la inexistente alopecia, la ausente barriga y porque olía bastante bien. También ayudó que se presentara diciéndome que era dios y me dijera su nombre. Dada mi facilidad para olvidar o confundir estos yo lo llamé dios y lo traté de usted, no fuera a ser que tuviera uno de sus conocidos cambios de humor y me convirtiera en una nueva víctima de alguna de esas plagas de las que a veces hace alarde. Aun así me arriesgué a preguntarle cómo permitía que todo esto anduviera manga por hombro y que si no hubiera sido mejor que en vez de tanta prisa por crearlo todo en seis días se hubiera tomado al menos un mes para dejarlo todo en perfecto funcionamiento. El me salió por la tangente del libre albedrío, que se iba ya porque andaba muy ocupado con lo del juicio final, y nos despedimos.

Ya ven, preocúpense más de lo humano que de lo divino porque estamos solos en esto. Y vayan buscando abogado para lo del juicio ese.

viernes, 8 de julio de 2011

Postales desde el faro ("El Día de Zamora", 8 de julio de 2.011).


Ahora dice que se va a casar.

Hace tiempo me llamó por teléfono y me espetó, me caso, ¿contra quién?, eres imbécil, y me colgó. De acuerdo, no estuve muy agradable, y no, no vamos a hacer en esta columna ni apología ni vilipendio de la institución del matrimonio, pero nunca entendí su empeño en ocultar sus frustraciones bajo un vestido blanco. Me sucede igual con Zamora, y me explico. No sé si habrán visto, bueno, si lo sé porque es inevitable no reparar en ello, que nos han disfrazado parte de la ciudad con fotografías de tamaño descomunal a las que han anexado unos textos muy rimbombantes que a duras penas logro entender, y todo ello cubriendo lo que antaño eran escaparates de negocios y que gracias a esta economía de mercado mal entendida se habían convertido en cristaleras encaladas y llenas de pintadas. El nombre del disfraz no podía ser más certero, Zamora invisible, y como tal oculta la realidad y todos nos quedamos mirando las imágenes intentando adivinar a qué parte de nuestra arquitectura corresponden, incluso los más atrevidos se lanzan a interpretar las palabras que las acompañan sin recurrir ni al diccionario de la R.A.E. ni al ibuprofeno, pero lo que no sé es si ustedes se habrán percatado de que con todo eso se está disimulando el cese de negocio, el paro, el domicilio familiar embargado, en definitiva se está tratando de volver invisible una herida sin desinfectarla pero que de seguir así se acabará gangrenando, y por muy blanca que sea la venda terminará oliendo mal.

viernes, 1 de julio de 2011

Postales desde el faro ("El Día de Zamora", 1 de julio de 2.011).


La frontera.

La zona de exclusión de las dos coreas ocupa una franja de 4 kilómetros de ancho y 238 kilómetros de longitud. En la actualidad es una de las zonas con mayor biodiversidad de la Tierra al no haber sido hollada por el hombre durante más de 50 años.

Las fronteras de las que quiero hablar no son geográficas sino ideológicas. A menudo me gusta acercarme a seres que piensan, sienten y padecen de forma diferente a la mía, precisamente para intentar averiguar por qué piensan, sienten y padecen de forma diferente a la mía. Lo hago de un modo discreto, como si pudiera entender sus motivos de manera osmótica, escucho, contrasto sus posicionamientos con el mío y eso me ayuda a comprender el porqué ellos están a un lado de la raya y yo al otro, pero así la línea tiende a difuminarse. No es bueno estar rodeado solo de los nuestros, nos enrocamos en nuestras ideas, favorecemos el pensamiento monolítico, y con eso ya saben lo que pasa después. Asómense a las fronteras, escuchen y enriquézcanse. Se puede aprender algo de quién menos lo esperan, y si, hasta de los otros.

P.S.: Lo dicho con anterioridad vale para todo menos para el posicionamiento futbolístico, el fútbol es una cosa tan seria que no permite intromisiones ajenas.

viernes, 24 de junio de 2011

Postales desde el faro (El día de Zamora, 24 de junio de 2.011)


Vacaciones eternas.

Esta semana el verano ha vuelto a entrar en nuestras vidas y ya saben lo que toca, es momento de playa o piscina, momento de atascos en la carretera, momento de insolaciones y momento de suicidios. Sí, de suicidios. Ahora nada mata tanto como uno mismo, ni los jefes, ni el fútbol, ni las ex. Al parecer, el suicidio se ha convertido en la primera causa de muerte no natural de España, tras la bajada en un 20% de las muertes en accidente de tráfico y, según la estadística, este tiene sus picos en las Navidades y en el verano. Olvídense de las causas tradicionales que se han barajado; en la actualidad el perfil del suicida, aunque también, no responde al del enfermo mental o al de consumidor de sustancias psicoactivas, que vayan ustedes a saber qué sustancias son esas, sino que responde a lo que yo vengo a llamar “excluido social oculto”. El excluido social oculto es un personaje que va y viene por la sociedad, interactúa con los demás y con su entorno, pero que está solo. Cuando acaba su día llega a casa y, por mucho que hable, no le responde nadie, salvo la televisión, la radio o algún animal de compañía, y todos sabemos que ninguno de esos elementos puede mantener una conversación muy fluida. Y, así, el excluido social oculto, de repente, se ve con que ese pequeño hilo que lo une con el mundo se lo cortan a modo de vacaciones de verano y es cuando decide poner a disposición, de todo ese tiempo que ahora tiene para su soledad, sus venas, su cuello o su parada cardiorrespiratoria. Y es que estar prisionero del tiempo da para pensar mucho a esos seres que no vemos pasar a nuestro lado y que, tras mucho meditar, han decidido tomarse vacaciones eternas.

miércoles, 30 de marzo de 2011

viernes, 7 de enero de 2011

Rebajas.


-Buenos días.
-Buenos días.
-Vengo a devolver mi vida, la compré hace poco más de 40 años y mire como está. Cuando la adquirí me dijeron que me duraría sobre 80 años o así y ya ve, a la mitad ya está hecha un desastre.
-Pero eso es porque usted la habrá lavado en frío y ha encogido o porque no le habrá dado un uso apropiado a sus características.
-Yo lo que quiero es devolverla y que me la cambien por otra nueva.
-Disculpe, pero eso no va a ser posible porque la garantía ya le ha caducado. Además su vida es versión 7.0 y las que tenemos ahora son de 2m.0 en adelante y el software es incompatible.
-Pues vaya mierda de vida que tengo.
-Ya ve, eso nos lo dicen mucho.


lunes, 25 de octubre de 2010

"E(a)fectos emocionales".


Me han amputado un brazo. Bueno, en realidad no me han amputado nada, pero tengo esa sensación. Cuando un médico se ve en la obligación de seccionar un miembro de un paciente es para que el resto del cuerpo no se vea invadido por la infección o la lesión de la parte a amputar, conservando así el enfermo la vida pese a que a partir de ese momento llevará la existencia de un mutilado.
A ese paciente, cuando se recupera de la operación, le suele esperar un proceso rehabilitador para el cual se ve ayudado de diferentes prótesis con las que tendrá que convivir el resto de su vida, pero que nunca serán iguales al miembro que perdió.
Yo tenía que amputarte para sobrevivir. Ahora busco las prótesis.